Jocotitlán

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Noticias

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Nomenclatura

Denominación

JOCOTITLÁN

Toponimia

En cuanto al significado de la palabra náhuatl Xocotitlán, se deriva de xocotl: “fruta agridulce” y de titlan: “entre”; que significa: “entre árboles de fruta ácida”, como tejocote o bien entre árboles de tejocote.

Escudo

La figura que representa la identidad del territorio y población de Xocotitlán a través del tiempo ha sido la del dios Otonteuctli. No se tiene noticias acerca de deidades propias de la cultura mazahua asentada en Xocotitlán antes del dominio náhuatl, lo que si esta claro es que la principal deidad fue Otonteuctli, el cual fue reconocido por los tepanecas y otomíes. En la parte superior lleva un círculo en color café tenue, en su interior la silueta del jeroglífico de Jocotitlán compuesto de un “tepetl” y la cara del dios “Otontecutli”. Está circundado por una franja con el lema: “Cultura, Progreso, Trabajo, y Justicia”, las letras en negro y fondo amarillo tenue. El escudo está dividido en tres cuarteles, que simbolizan la evolución histórica del pasado, presente y futuro del municipio: El primero representa el pasado y esta compuesto de tres elementos: con el fondo azul una silueta de dos frutos de tejocote que significan el nombre del municipio, la silueta de un maguey como planta tradicional y el cerro Xocotépetl en color verde; en el segundo cuartel el presente, con fondo verde se representan una fábrica en color anaranjado, motivo de la industrialización del municipio y una mazorca de maíz como principal cultivo, ambos representan el progreso; en el tercer cuartel el futuro, con fondo amarillo se representan tres elementos: un libro abierto en blanco que simboliza la cultura, la silueta de un yunque, un martillo y un zapapico símbolos del trabajo y el mapa del municipio de Jocotitlán en color ocre que simboliza la tierra.

Historia

Reseña Histórica

Durante parte del período clásico (200 a 600 d.C.), podemos afirmar que ya existía en nuestra zona una población sedentaria, agricultora y en contacto con Teotihuacán. Según los datos lingüísticos, los habitantes del sitio pudieron ser del grupo oto-mazahua, por lo que quizá se trate de un grupo local que recibe influencia de Teotihuacán. Su relación con este centro cultural fue la de un poblado marginal que recibe tardíamente su influencia, pero que a la vez ocupó un puesto de avanzada en la cultura del altiplano central (Teotihuacana) hacia la zona noroccidental de Mesoamérica. La ocupación más antigua del valle ocurre entre 200 y 600 d.C. Para el período de 600 a 900 d.C., carecemos de evidencias arqueológicas y no aparecen bien caracterizados los complejos cerámicos mazapa y cayotlatelco, que son los que marcan el final del Clásico y el principio del Postclásico. Hay diversas opiniones sobre el origen del nombre mazahua. Algunos, basados en Sahagún, creen que se llamaba así por su caudillo Mazatl Tecutli; otros explicaban la etimología de esta palabra náhuatl derivándola de maztl, “venado” y dice que significa: “gente de venado” o “poseedores de venado”. A la región que habitó esta tribu se le llamó Mazahuacan. Terminada la conquista militar, los españoles iniciaron lo que podríamos llamar la conquista cultural y económica. Para premiar a sus soldados, Cortés les repartió tierras e indígenas, dando así principio a las encomiendas, de este modo Xocotitlán, junto con Atlacomulco, quedó encomendado a Francisco de Villegas. El 6 de agosto de 1540 por Real Cédula, el rey de España da por fundado el pueblo de Xocotitlán. A Diego Nájera se le asignó el curato de Xocotitlán; en 1592 fue considerado como el apóstol de los mazahuas. El padre Nájera es el autor de La Doctrina y Enseñanza en la Lengua Mazahua de cosas muy útiles y provechosas para los ministerios de doctrinas, para los naturales que hablan la lengua Mazahua,  editada en 1637. Siglo XIX Uno de los sucesos principales que vivió la población de Xocotitlán, durante la guerra de Independencia fue el paso por su jurisdicción de Miguel Hidalgo, quién se dirigía a la ciudad de México. En Ixtlahuaca el cura de Xocotitlán don José Ignacio Muñiz y Acosta fue el que dio el edicto de excomunión a Hidalgo. La presencia de éste motivó a varios individuos de la población que se sumaron al movimiento entre ellos destacaron: José Valentín Dávila, Isidoro Dávila, José Bernal, Manuel Alcántara, Isaías Marmolejo y José Mauricio García. La reacción del ejército realista no se hizo esperar, pues hubo que sofocar tal rebelión; de tal forma que el 15 de abril de 1811 el pueblo de Xocotitlán fue atacado por las fuerzas realistas al mando de Juan Bautista de la Torre, sofocando la insurrección y dejando destrozada la población. El próximo punto importante que tocó Hidalgo, fue la cabecera de la villa de Ixtlahuaca el 27 de octubre de 1810. Los acontecimientos que se dieron en ese lugar fueron descritos por el doctor José Ignacio Muñiz cura de Xocotitlán que redactó un informe al arzobispo de México el 6 de noviembre de 1810 en el que dice: “Entró Hidalgo a Ixtlahuaca; lo recibió el cura don José Agustín Mateos, anciano que con respeto a sus canas y a su ministerio debió darnos el ejemplo de un Eleazar; lo recibe, ilustrísimo señor, con toda pompa bajo el palio, cruz, ciriales, ministros revestidos y repique de campanas. La primera ceremonia es presentarle los edictos de mi excelentísimo prelado, del señor obispo de Valladolid y el sabio santo, y adorable de vuestra señoría ilustrísima.  Este y los otros se rompen, despedazan y se pisan contra el suelo por la miserable comitiva de clérigos y religiosos de Valladolid, y se dice públicamente en voz alta que cuarenta excomuniones que vuestra señoría ilustrísima fulmine, viene con ellos quien les absuelva. Se canto después un Te Deum.” Fue precisamente el cura de Xocotitlán quién entregó los edictos de excomunión a Hidalgo en Ixtlahuaca, de este hecho, existen testimonios de individuos que presenciaron los acontecimientos tales como el médico Mariano López natural de Querétaro, de 25 años y vecino de la ciudad de México; el testimonio de Pedro José Valverde natural de villa del Carbón, de 33 años y vecino de Xocotitlán; el teniente retirado José Coterillo natural de Jiquipilco, de 45 años y vecino de Ixtlahuaca, que confirmaron los hechos. Posteriormente don Miguel Hidalgo junto con su ejército se dirigió a Toluca donde entró en la tarde del 28 de octubre. Las semillas que dejó la insurgencia en el territorio del actual Estado de México rendían frutos, toda vez que se mantenía vivo el espíritu emancipador. La represión de las fuerzas realistas hacía los pueblos simpatizantes de la insurgencia no se hizo esperar y Juan Bautista Torre después de destruir Cacalomacán se dirigió a Xocotitlán. “Torre había regresado a Toluca después de dar concluida la Revolución del valle de Temascaltepec, cuando a principios del mes de abril de 1811 sucedió un levantamiento en Xocotitlán  que a los primeros síntomas del movimiento, acudió a sosegarlo el subdelegado de Ixtlahuaca Francisco Gómez Fraile con los patriotas que lo originaron en la cabecera”. Al llegar Gómez Fraile fue recibido por los habitantes al parecer sumisos, luego que hubo entrado, aparecieron nativos que se habían ocultado en las magueyeras y apedrearon al subdelegado y a su comitiva; algunos fueron muertos, quienes escaparon junto con Gómez Fraile se refugiaron ocultándose tras los sepulcros que se encontraban en el atrio de la iglesia. Con la intención de sosegar a los alborotados, el cura del lugar sacó en procesión por las calles al Santísimo Sacramento, pero en vez de apaciguarlos, regresó a la iglesia no sin antes recibir varias pedradas para posteriormente, ser llevado preso a casa de uno de los jefes revolucionarios. El subdelegado se había ocultado dentro de la iglesia; al ser descubierto fue muerto a lanzadas en la plaza, corriendo la misma suerte quienes lo acompañaban. El virrey ordenó a Juan Bautista Torre que fuera a castigar a aquel pueblo; inmediatamente se puso en marcha, y ese día, el 15 de abril, después de dos horas y media de fuego, entró con lujo de fuerza a la población que heróicamente había sido defendida por los habitantes. Fue una masacre que dejó en el campo de batalla más de cuatrocientos cadáveres. Un capitán de apellido Marmolejo fue hecho prisionero y fusilado. Torre informó al virrey los hechos indicándole que los insurgentes de Xocotitlán habían quedado “bien castigados”. Sin embargo, las cosas no quedarían allí, pues varios vecinos del pueblo de Xocotitlán seguirían participando por la causa de la Independencia, bajo las órdenes de Francisco López Rayón; los más destacados fueron José Mauricio García, Isidoro Dávila, José Bernal, José Valentín Dávila y Manuel Alcántara. Otros personajes que abrazaron la causa de la insurgencia en el valle de Toluca fueron: Miguel Díaz, de Lerma y Joaquín Carrasco, de Toluca. El 19 de febrero de 1812, las cortes generales y extraordinarias reunidas en la ciudad española de Cádiz, promulgaron su primera Constitución. En la Nueva España, el virrey José María Calleja publica el 30 de septiembre de 1812 en la ciudad de México la Constitución de Cádiz. Según la Constitución, el título de virrey debía de ser cambiado por jefe político superior. Además, se convocaba a elecciones municipales, provinciales y para diputados a cortes, permitiendo la libertad de prensa. Poco duró la vigencia de la Constitución con el retorno de Fernando VII del destierro, suprimió el sistema constitucional en todo el imperio Español el 4 de marzo de 1814. En 1820 el propio Fernando VII, se vió obligado a jurar la Constitución, restableciendo el sistema que abolió. Durante el año 1820 la Intendencia de México, basada en la constitución pidió a las autoridades de las alcaldías de Metepec e Ixtlahuaca, que se jurará la Constitución en sus respectivas jurisdicciones. El teniente coronel comandante de armas de villa de Ixtlahuaca, Juan García de la Cuesta, pidió al señor Manuel Iturbide y Gómez, vecino del pueblo de Xocotitlán que procedieran a realizar la jura de la Constitución Política de la Monarquía Española, según el ejemplar que le envió el 7 de julio de 1820.  Para realizar la jura se pidió la cooperación del cura del pueblo, doctor don José Ignacio Muñíz, quien debería solemnizar el acto. Los comisionados de la organización se encargaron de colocar en los parajes públicos invitaciones para que el pueblo asistiera a la jura que se celebraría el día 25 de junio a las 9:30 de la noche. Se realizó primeramente una misa donde después del ofertorio, el Sr. Manuel Iturbide y Gómez, dio lectura a la Constitución de Cádiz. Una vez concluido puso sus manos sobre un misal dirigiéndose a los vecinos en los siguientes términos: “Juráis por Dios y por los Santos Evangelios guardar la Constitución de la Monarquía Española sancionada por las cortes generales y extraordinarias de la nación y ser fieles al rey”. A lo que los asistentes contestaron de forma afirmativa. Con este acto se terminó la misa, iniciándose los festejos con música y fuegos artificiales. Según la Constitución deberían nombrarse autoridades municipales donde no existieran, cubriendo el requisito de tener mil habitantes y si no lo hubiera se unirían dos pueblos. Así el 19 de julio, sabedor el comandante de armas de Ixtlahuaca, que en Xocotitlán existían las “mil almas” que establecía la Constitución como requisito para la formación de un ayuntamiento, comisionó a Manuel Iturbide y Gómez para que de acuerdo con el cura párroco José Ignacio Muñiz convoquen a todos los vecinos del pueblo para el día 23 de julio, a fin de hacer junta electoral e instalar el respectivo ayuntamiento. No existe ningún testimonio escrito que demuestre la celebración de las elecciones en la fecha señalada, pero lo que sí es indudable es que se nombró como alcalde interino de primer voto al C. Antonio del Valle. Para el 7 de agosto, el comandante Juan García de la Cuesta, ordena al alcalde designado de Xocotitlán que el domingo se realicen en las parroquias, elecciones con el motivo de que tuviera representación en la votación de diputados de cortes, la cual se celebraría el 20 de agosto. El pueblo de Xocotitlán se reunió en la plaza el 13 de agosto de 1820 a las 9:00 de la mañana, con la presencia del alcalde, quien indicó que se trasladaran al templo para que el cura celebrara una misa de Espíritu Santo. Una vez concluida la misa, todos los asistentes se trasladaron a la casa cural, dando principio la junta. Se nombraron dos escrutadores y un secretario entre los que allí se encontraban. Como escrutadores quedaron designados José María Gómez de Barreda y Pedro Balverde, Manuel Iturbide y Gómez como secretario. A continuación se preguntó al vecindario si había alguna objeción para que la elección recayera en alguno de los presentes, a lo que contestaron que no. Se nombraron entonces 21 compromisarios que según el artículo 91 de la Constitución, salieron electos: Francisco Campos, Ignacio González, Francisco Arzate, Rafael Rivas, Marcial Sánchez, Manuel Zimbrón, Leocadio Martínez, Félix Marmolejo, Joaquín Alcántara, Ignacio Sánchez, José Fabián Marmolejo, Joaquín Baldimo, José Martínez, Juan Rangel, Doroteo Dávila, Francisco Vilchis, Bernabé Cedillo, Silvestre Sánchez, Rafael Lovera, Vicente Chávez y Rafael Monroy. Después de la conferencia, entre los compromisarios se eligió a Antonio del Valle, Pedro Valverde, José María Barreda y Francisco Campos para que de ellos, a pluralidad de votos, se nombraran a dos. Según el cura párroco, el padrón de la iglesia ascendía a 19,600 habitantes aproximadamente, por no saber el número exacto de ciudadanos, se hizo el cálculo de uno por cada cuatro individuos, se procedió entonces a la votación y de los candidatos propuestos salieron electos Antonio del Valle como alcalde primero y Francisco Campos como alcalde segundo. Se reafirmó así, como alcalde de voto Antonio del Valle. Para concluir el acto se cantó un tedeúm, según el artículo 98 de la constitución española. El 15 de agosto del mismo año, el alcalde de Atlacomulco, Agustín Velasco, se dirigió al ayuntamiento de Xocotitlán para felicitarlos por su elección. En la ley del 9 de febrero de 1825 se ratificó a Xocotitlán como municipio. En 1823 el municipio sufre la segregación de parte de su territorio para formar el ayuntamiento auxiliar de Tapaxco dependiente  de Xocotitlán; pero en 1824, con la erección del estado de México, se separa definitivamente. El temperamento de muchos de los habitantes del municipio fue de apego a las ideas conservadoras, en tal virtud que el 14 de marzo de 1847, Francisco Espinoza, Agustín Alcántara, José Manuel Alcántara, Vicente Saldaña, Juan Francisco Espinoza y el cura José González invitan a la población a unirse en contra de Valentín Gómez Farías, sostener la religión y el sistema federal. El 22 de enero de 1853 secundan el plan de Jalisco. Durante la Guerra de Reforma se adhiere el plan de Tacubaya, también contribuye para el sostenimiento del gobierno conservador, de tal forma que el 25 de abril de 1859 los constitucionalistas saquean la población. Asimismo el municipio se enfrenta a un problema grave como fue la sublevación indígena mazahua. Xocotitlán contribuyó con hombres para las milicias y con dinero para apoyar la guerra contra Estados Unidos. La adhesión del Estado de México al Plan de Tacubaya, una vez pronunciado por Zuloaga, no se dejó esperar y las actas de apoyo pronto surgieron; así se levantaron varias poblaciones en la prefectura de Toluca durante los días 11 y 14 de enero. Las actas fueron tomadas como ejemplo para forzar, de alguna manera, a los ayuntamientos del estado, por ejemplo el 20 de enero fueron recibidos en Jocotitlán dos ejemplares de las actas, de la proclamación del gobernador provisional a los habitantes del estado en apoyo al plan de Tacubaya. El sostenimiento de la causa conservadora implicaba la erogación de recursos económicos, por lo que el gobernador interino decretó el 18 de enero un préstamo forzado de todos los municipios del estado de cien mil pesos. Al municipio de Jocotitlán le fueron asignados $4,600, según el reparto hecho por el prefecto del distrito, la situación financiera del municipio era precaria, por lo que era una carga pesada para el ayuntamiento cooperar con tal cantidad. Una solución posible era pedir ayuda de los hacendados y personas particulares o bien renunciar al cargo para deslindar responsabilidades. El alcalde primero Francisco Espinoza, citó al ayuntamiento a cabildo extraordinario el 23 de enero dándoles a conocer la situación y leyendo un acta levantada en Toluca el 14 de enero de 1858 se hizo la revisión de los artículos del  1º al 11, pidió la opinión de los integrantes del ayuntamiento sobre si se adherían o no al plan de Tacubaya, el cabildo unánimemente acordó no adherirse, por lo que quedaba disuelto el ayuntamiento, sólo ayudarían a guardar el orden. El sr. Francisco Espinoza entonces dirigió un informe al subprefecto del partido de Ixtlahuaca informándole de los hechos y pidiendo informes de las personas que los habían de sustituir en el cargo. “En la Capital, una junta de representantes de los departamentos, reunida el 22 de enero, designó presidente al general Félix Zuloaga, quién tomó posesión al día siguiente, de esta manera hubo dos gobiernos en el país, uno reaccionario en la capital y el otro liberal en el interior. Zuloaga inauguró el suyo con las llamadas cinco leyes, por las cuales se derogaban las reformistas, se devolvían sus empleos a los remisos a jurar a la organización de la época de Santa Anna”. Mientras esto ocurría, en la ciudad de Toluca el general Miguel Miramón, uno de los principales representantes del partido conservador ratificaba el 28 de enero su apoyo y agradecimiento al Estado de México. Esta información fue recibida en el municipio junto con una proclamación de desacuerdo del general Emilio Lamberg. En Ixtlahuaca no se pensaba igual que en Jocotitlán, donde sus autoridades levantaron un acta por la que aceptaba el Plan de Tacubaya y luchar para defender la “religión y fueros”. Una copia de esta acta fue recibida el 1º de febrero en el ayuntamiento de Jocotitlán que se encontraba cesado en sus funciones. El ciudadano Francisco Espinoza citó a los miembros del ayuntamiento para tener reunión de cabildo, sólo el síndico y dos regidores asistieron, en la sesión se expuso que las autoridades del ayuntamiento de Ixtlahuaca se había adherido al plan de Tacubaya. La toma del poder por parte de Zuloaga implicaba relevar de su cargo al gobernador interino del Estado de México para poner alguien de su entera confianza que garantizara la fidelidad a su gobierno. La primera reforma de Zuloaga fue derogar la Constitución de 1857, volviendo a la organización de departamentos. Así quedó nombrado el general Benito Haro para el departamento de México, la primera disposición del gobernador y comandante del departamento para el subprefecto del partido de Ixtlahuaca fue que se levantara un acta por la cual todas las autoridades, empleados y vecindario manifestaran su adhesión al Plan de Tacubaya, reformado en la ciudad de México el día 11 de enero, cuyas actas serían remitidas al gobernador para su conocimiento. Esta orden fue recibida el 3 de febrero por Francisco Espinoza (alcalde primero), quien escribió al subprefecto, que el ayuntamiento estaba disuelto. Al día siguiente el subprefecto  contestó que de ninguna manera el ayuntamiento había quedado destituido de su cargo, argumentando que no hubo autoridad que lo hiciere, pues aunque el Plan proclamado en Toluca por la guarnición de la ciudad, en su artículo 11º indica que las autoridades que no secundaran el plan quedarían destituidas, esto no debe entenderse así, sino hasta que una autoridad superior lo hiciera, por lo que debería regresar a sus funciones, pues los pueblos eran perseguidos por profesar “nuestra santa religión”. Además se indicaba que procediera inmediatamente a levantar el acta de adhesión al Plan de Tacubaya, invitando a todas las personas que tuvieran “sentimientos de religión”. Inmediatamente pueden advertirse las medidas coercitivas que tomó el gobierno del departamento para lograr la adhesión al plan conservador. Es indudable que en una población con arraigo religioso tuvo eco dicha proclama, pues al anteponer que su religión era perseguida, pronto manifestaron fidelidad al gobierno de Zuloaga. La tarea prioritaria de Zuloaga era la de devolver los logros a los conservadores que habían ganado en la lucha de Independencia o que habían heredado, por lo que no cesaba la publicación de bandos, la derogación de leyes y la restitución de otras. Estos documentos llegaron a poder del ayuntamiento de Jocotitlán el día 8 de febrero; entre otras disposiciones estaban, que se declaraban nulas las disposiciones de la ley del 25 de junio de 1856 y su reglamento del 30 de julio del mismo año, y la derogación de la ley del 11 de abril de 1857 sobre obtenciones parroquiales. Por otro lado se restablecían los fueros eclesiásticos y militares con la extensión que tenía el 1º de enero de 1853, el restablecimiento de la Suprema corte de Justicia tal cual existía en el 22 de noviembre de 1855. La conclusión de las disposiciones fue que todos los empleados y funcionarios públicos que por el hecho de no haber jurado la constitución de 1857 fueron despedidos de su empleo, vuelvan al ejercicio de sus antiguos cargos. En la proclamación de las citadas leyes se dejan ver claramente cuáles eran las verdaderas intensiones de los conservadores; una vez tomado el poder procedieron a restablecer sus antiguos privilegios de la élite local gubernativa mexicana. Una vez más el pueblo fue engañado con falsos argumentos, pues su papel fue el de apoyar al movimiento sin obtener ningún beneficio, antes bien fueron desposeídos de algunos beneficios que otorgaba la constitución liberal. El 9 de febrero, el ayuntamiento se reunió con algunas personas del poblado para leer la circular del general del departamento Benito Haro. Oído por todos dijeron estar de conformidad con la “voluntad nacional en el plan salvador” proclamado en Tacubaya, por lo que los habitantes de Jocotitlán se unen a dicho plan. La copia del acta fue enviada al subprefecto, recibiéndola el 11 de febrero. El Estado de México, por haberse sumado a los conservadores, tuvo que resguardarse del ataque de los constitucionalistas; para realizar esto cada distrito se organizó, en Ixtlahuaca, el subprefecto Pedro Rodríguez convocó el 22 de febrero a todos los alcaldes de los municipios de la subprefectura para el 26 de febrero a las 8 de la mañana, a fin de acordar el modo en que se había de hacer la defensa de las municipalidades. El ayuntamiento de Jocotitlán decidió realizar una junta con todo el vecindario para reclutar ciudadanos. El 25 de febrero el ayuntamiento tomó las primeras providencias al nombrar una comisión que vigilara y prohibiera los juegos de azar, la comisión estuvo integrada por los ciudadanos Cayetano González y Cástulo Estévez, esta medida fue encaminada primeramente a evitar que la gente se reuniera y cuestionara la situación y en segundo término evitar conflictos entre ciudadanos que trajeran problemas extras al ayuntamiento. La guerra civil, entre otras cosas, trajo el resquebrajamiento económico; en Jocotitlán por ejemplo, Pablo Carrillo, encargado de aplicar vacuna, pidió al ayuntamiento la cantidad de 50 pesos anuales por aplicarla, a lo que se le respondió ofreciéndole 10 pesos. El dinero debería de obtenerse por todos lados, de tal forma que también se cobró multas a los ciudadanos que no mandaran a sus hijos a la escuela. Durante el imperio de Maximiliano  las tierras del municipio se desamortizaron, adquiriéndolas gran cantidad de individuos de la comunidad. La estadística básica del departamento de México elaborada durante la primera mitad del siglo XIX y según Manuel Orozco y Berra en su apéndice del Diccionario Universal de la Historia y Geografía de 1856 se refiere a Jocotitlán de la siguiente manera: Durante esta época se consolidan las haciendas de Tiacaque, Villeje, Pasteje, Nenanci y Caro. Los pueblos fueron los que abastecieron fundamentalmente de fuerzas de trabajo a dichas haciendas. En ese tiempo se dio gran impulso a la educación, se construyó la línea telegráfica y telefónica, asimismo se realizaron algunas obras públicas. Durante la segunda mitad del siglo XIX fueron tres los principales acontecimientos de la vida nacional: en primer lugar la guerra de Reforma o llamada también de los tres años, la Intervención Francesa que trajo consigo el Segundo Imperio y la República Restaurada que concluyó con el porfiriato. Durante el porfiriato se puso en marcha el proyecto liberal, las reformas a la administración pública, el florecimiento de arte y ciencia, también el esplendor de las haciendas y de unas cuantas familias, este sistema no permitió que hubiera movilidad social; trajo pobreza y descontento. La municipalidad de Jocotitlán al finalizar el siglo contaba con una población de 10,832 habitantes, 5,237 hombres y 5,595 mujeres.  Era la cuarta más poblada dentro del distrito. Otro de los logros de la municipalidad fue su participación en la feria internacional de Chicago, donde participó exponiendo cereales, con otras municipalidades en representación del Estado de México. El municipio también destacó en educación, enviando alumnos con beca al instituto literario, en la cabecera existían dos escuelas una de varones y otra para niñas. Es digno de mencionar que en la cabecera municipal existía un periódico llamado “El Demócrata” cuyo director fue Antonio María Espinoza, sus principales colaboradores eran Miguel Rosales, Jesús Rondero y Jesús M. Chimal. En general fue una época de poca alternancia política, tal y como lo muestra la lista de autoridades municipales durante el porfiriato, siendo presidentes municipales en varías ocasiones las siguientes personas: Jesús Cardoso, José C. Ruedas, Jesús M. Chimal, Apolinar Legorreta y Román Cedillo. Otra organización importante fue “El club Mutualista de Jocotitlán”. En cuanto a su población, durante el último tercio del siglo XIX el municipio contó con la siguiente base demográfica. Al estallar la Revolución de 1910 no se puede hablar de grupos revolucionarios en Jocotitlán, pero sí de individuos que se sumaron a las fuerzas armadas como el general zapatista Aureliano Reyes, y el villista Alberto Cedillo Alcántara, hubo también simpatizantes de las ideas revolucionarias como Moisés Legorreta Espinoza quién mantuvo comunicación con los hermanos Flores Magón. Sin embargo, el ayuntamiento de Jocotitlán dio su apoyo al general Porfirio Díaz y su aprobación para sofocar “los actos revoltosos”. En plena Revolución la población de Jocotitlán padeció hambre, epidemias y el 19 de noviembre de 1912 un temblor. Es digno de destacarse la participación que tuvo el comerciante León Paniagua en 1913; quién siendo primer regidor del ayuntamiento evitó el saqueo de la población al proporcionar atención a los revolucionarios. Sin embargo, el 16 de abril de 1915 la jurisdicción del municipio de Jocotitlán, fue atacada por un grupo armado de alrededor de 200 zapatistas, quienes gritaban vivas a Zapata. En el pueblo robaron cuatro comercios y mataron a tres vecinos que se negaron a entregarles su dinero, después de lo cual lo abandonaron el ayuntamiento con dos rehenes a quiénes después mataron en Juchitepec. Ocasionaron daños materiales, robos y pérdida de vidas humanas. Los niveles de bienestar de la población fue una continuidad del contexto de finales de siglo, salvo los pequeños asaltos de la población a las haciendas del municipio. Esta forma de ser y de pensar se vería afectada años más tarde por el reparto de tierras, la industrialización y la urbanización municipal. La necesidad de la población de contar con servicios públicos obligó a las autoridades municipales a introducir la energía eléctrica, entubar el agua de los manantiales y bombearla a las casas de los ciudadanos, construir pequeñas obras públicas, a mejorar las condiciones en que se daba la educación (construcción o rehabilitación de edificios) y aumentar la cultura en general. A este respecto hay que señalar que se formó el club de teatro llamado “Amando Barranco”, se integró una orquesta de música formada por la familia Medrano y algunos habitantes de la población. Para tal fin se construyó un teatro y se formó una biblioteca. Todos estos hechos caracterizaban a la sociedad de los años 1930 a 1960. Sin embargo, los datos arrojados por el Censo de 1990, nos indican que el municipio que antes considerábamos como agropecuario ha dejado de serlo; actualmente la mayor parte de la población se ocupa en el sector industrial, es decir, Jocotitlán actualmente es un municipio industrial y agropecuario. En 1960 se establece la Unidad Industrial Pasteje en terrenos de la hacienda del mismo nombre generando la industrialización del municipio. En las últimas décadas, el progreso es notorio debido a su infraestructura; se cuenta con todos los servicios públicos, los habitantes del municipio en su mayoría tienen dos actividades económicas fundamentales: la agricultura y la industrial. El índice de profesionistas cada vez es mayor debido a que se cuenta con una cobertura educativa suficiente, desde el nivel preescolar hasta el medio superior. En 1983 la legislatura del estado mediante el decreto número 170 del 30 de junio, cambió la categoría de la cabecera municipal elevándola a villa y dando categoría de pueblos a Mavoro, Huemetla y San José Boqui. El desarrollo urbano del municipio ha sido la característica en los últimos años. Prueba de ello son los premios obtenidos por Jocotitlán en el concurso de desarrollo municipal: 3º.-1991; 2º.-1992 y 1º.-1994.

Personajes Ilustres

Diego de Nájera Yanguas. Fue cura beneficiado del partido de Xocotitlán en 1592, el cual dejó de ejercer en 1635. Su convivencia con los mazahuas por más de 40 años lo obligó a involucrarse en sus tradiciones y costumbres, más aún, a dominar su lengua madre; murió en Xocotitlán en 1635. José Ignacio Muñíz.  Cura de Jocotitlán a principios del siglo XIX, comisario del santo oficio, durante la guerra de Independencia en 1810, cuando el cura Hidalgo pasó por Ixtlahuaca, fue encargado de entregarle los edictos de excomunión, fue comisionado por el comandante de armas de Ixtlahuaca para que el 15 de junio de 1820, durante un tedeum, se jurara la Constitución de Cádiz, el 13 de agosto de 1820 participó en la erección del municipio. Presbítero José González. Junto con José Valentín Dávila realizaron el primer reparto de tierras del municipio en el siglo XIX. Leonardo López y Barrios. Benefactor y político de San Miguel Tenochtitlán; en 1826 regidor 5º del ayuntamiento de Jocotitlán; 1836 regidor primero, realizó la traza del pueblo en 1876. Apolinar Legorreta. Benefactor de la población, durante su gobierno se construyó la mayor parte del panteón. Dolores García. Dueña de la hacienda de Caro a fines del siglo XIX; benefactora de la población de San Miguel Tenochtitlán; en el año 1893 donó los productos futuros de la hacienda a los pobres de Jocotitlán y San Felipe; en 1911 los interesados de ambos pueblos empezaron a gestionar que se repartiera la hacienda; en 1915 seguían gestiones ante el presidente de la República, Roque González Garza, siendo solucionado el problema a mediados de este siglo. Jesús Cardoso. Benefactor de la población. Alcalde municipal. Rotilio Rojas. Ayudante de Coajomulco Estado de México, en 1917 Participó en la gestión y formalización de la cesión de un terreno a los habitantes de Coajomulco para un cementerio zapatista para naturales e hijos de la localidad caídos en combate en noviembre de 1917. Ade laido Cardoso Medrano. Benefactor de la población. Francisco Villegas. Encomendero del pueblo de Xocotitlán. José Manuel Alcántara. Jefe insurgente de la Independencia. Isidro Dávila, José Bernal Manuel Alcántara, Marmolejo, José Mauricio García. Valentín Dávila. Insurgente. Moisés Legorreta Espinoza. Distinguido liberal durante la Revolución Mexicana. Nació en Jocotitlán a mediados de 1800, fue un hombre comprometido con las ideas liberales, muestra de ello es su comunicación con los hermanos Flores Magón y su suscripción al periódico antiporfiriano “Regeneración”, fue presidente municipal en 1914; por órdenes del presidente de la República, cerró el templo, acto que ocasionó que un vecino lo matara el 18 de noviembre del mismo año. Jesús Márquez. Capitán de la primera compañía del 5º batallón ligero de Toluca, militó al lado del general de división don Vicente Riva Palacio durante la segunda intervención francesa. Aurelio Reyes. General Zapatista. Pedro Romero. Coronel zapatista de la brigada Epigmenio Dávila, línea de fuego en Coajomulco, Estado de México; en 1917 dirigió el tiroteo contra carrancistas en San Lorenzo y Tenango. Combatiente en la toma de Coajomulco en noviembre de 1917. Roberto Legorreta Sicilia. Piloto aviador, fue integrante del célebre “Escuadrón 201” durante la segunda guerra mundial; hizo gestiones para lograr la electrificación del municipio. Juan Bautista Alcántara. Distinguido músico de mediados del siglo XIX. Antonio María Espinoza.  Periodista liberal. Mildred Kimele Muro. Lingüista, misionera cristiano-evangélica de origen canadiense, vino a México para realizar tareas religiosas de propagación de los evangelios, habiendo antes realizado tareas semejantes en Etiopía, en donde por coincidencia, hay una población que se llama Masawa, que tiene sonido semejante al que damos a los indígenas de la región en la que se estableció la Señora Muro. Aprende el idioma mazahua en San Miguel Tenochtitlán y en los pueblos de la comarca, para convertirse también en traductora de la biblia mazahua, murió en San Miguel Tenochtitlán en 1994. Tirso Nieto. Estudioso empírico de la astronomía, elaboraba un calendario anual. Antonio Cardoso Gutiérrez. Caricaturista y periodista. Presea estado de México en el ramo del periodismo, 1996. Apolonia Medrano Caballero. Poetisa y escritora. Jorge Monroy Martínez.  Pintor. Antonio Medrano Ocádiz. Violinista. Ignacio Cedillo Martínez.  Escultor. Eduardo Medrano Alcántara. Músico, Presea Estado de México. Alberto Cedillo Alcántara. Autor de varias obras, entre ellas, “Sendas nebulosas”, participó en la Revolución al lado de los villistas. Amando Barranco.  Profesor y dramaturgo. Pascual González Mondragón. Poeta y sindicalista, nació el 22 de mayo de 1901, fue cofundador de la confederación de trabajadores de México (CTM). Se dedicó a las letras, destacando en la poesía, escribió dos obras: “Incienso y lágrimas” y “El alma entre los guijarros”. Adrián Correa Cedillo, (1896-1966) Fue nombrado director del consultorio que estableció el “Heraldo de México”. Produjo muchos y variados artículos que fueron publicados en revistas de la capital, creó una sociedad de amigos de Francia que le mereció un diploma de reconocimiento por el gobierno galo. Ostentaba la presidencia de la academia de ciencias de México cuando ocurrió su fallecimiento en la capital de la República el 17 de octubre, fue presidente de la sociedad de ciencias Antonio Alzate. Ernesto Alcántara Miranda. Escritor y periodista. Celia Cedillo Chimal. Nació en Jocotitlán el día 23 de junio de 1911, estudió la carrera de profesora de educación primaria; ejerció la docencia en la escuela primaria “Coronel Filiberto Gómez” de Jocotitlán, en Calimaya, Toluca y Chapa de Mota; fue profesora de la escuela “Lázaro Cárdenas” en la ciudad de Chicago, E.E.U.U. donde se jubiló. Fue profesora de teatro en Chicago y en Jocotitlán, participando como actriz y directora. Entre sus obras escritas destacan poemas y la monografía municipal de Jocotitlán (1982), fue nombrada cronista municipal en 1982, cargo que desempeñó hasta 1988, fue gran promotora social, destacando su gestión en el parque Hundido. Otros cargos que desempeñó fueron: jefe de redacción del periódico “El correo de Jocotitlán”, representante del municipio en eventos cívicos y sociales. Murió en la ciudad de Atlacomulco en octubre de 1993. Melitón Medrano. Con su familia formó una orquesta filarmónica que recorrió la República cosechando triunfos. Francisco Medrano Caballero. Músico Antonio Medrano Caballero. Músico. Joaquín Alcántara. En 1820 fue electo compromisario para la erección del ayuntamiento de Jocotitlán. Alcalde 1º (presidente) en 1826, 1832, 1838, 1841, 1845, 1846. Alcalde 2º (vice-presidente) en 1821,1833. Síndico procurador en 1858, secretario en 1858, tesorero en 1831, Juez en 1870 1873 1876. Joaquín Chimal. Nació en Jocotitlán en 1888, estudió en el Instituto Científico y Literario de Toluca, desempeñó los siguientes cargos públicos: 1910 secretario del ayuntamiento y 4º regidor; 1911 secretario del ayuntamiento; 1912-1915 síndico procurador; 1916-1917-1919, 1921 quinto regidor; 1923 presidente municipal (p.m.d.l.); 1923 2º regidor y 1924 presidente municipal (p.m.d.l.). Fue comisionado en el año 1916 para traer los documentos que acreditaban la posesión de tierras del municipio de Jocotitlán del Archivo General de la Nación. Antonio B. Zimbrón. Gobernador del Estado de México, a fines del siglo XIX, dueño de la hacienda de Caro a mediados del siglo XIX; presidente municipal de Jocotitlán en 1828, 1830, 1836 y 1837. Abogado de profesión, auxiliar primero del pueblo de San Miguel Tenochtitlán; en 1863 fue juez de la jefatura política de Ixtlahuaca, gobernador provisional del Estado de México en dos ocasiones, durante la segunda mitad del siglo XIX. Vicente López y Barrios. En 1876 regidor 5º del ayuntamiento, con la ayuda de su hermano Luis López, auxiliar del pueblo de San Miguel Tenochtitlán, realizó la traza de la población. Pedro Laguna. Autodidacta, Llegó a ser representante mexicano en el Congreso de Estocolmo; sostuvo un colegio particular en la cabecera. A él se le debe el reloj que aún existe y sirve como frontón de la iglesia; senador por el Estado de México. C.P Luis Río Chimal. Tesorero de la Nación durante el gobierno del Miguel Alemán Valdés. Ma. Concepción Gloria Arce Chimal. Fue de las primeras mujeres que ocuparon un cargo público en el Estado de México, promotora industrial y tercera regidora en el ayuntamiento de Toluca 1952-1954. Lic. Luis Miranda Cardoso.  Magistrado 1975, presidente del Tribunal Superior de Justicia 1994-1999. Lic. Crescencio Pérez Garduño.  Magistrado 1975, delegado de Xochimilco, diputado local y diputado federal. Prof. Lino Cárdenas Sandoval. Presidente municipal 85-88; director de educación del Estado de México. Lic. Gustavo Cárdenas Monroy.  Presidente municipal, diputado local y diputado federal.

Cronología de Presidentes Municipales

Presidente MunicipalPeriodoPartido
C. Leonardo Quintanar Gómezde 1940 a 1941
C. Juan González Ruízde 1944 a 1945
C. Manuel González Reyesde 1946 a 1948
C. Era Sto Benhumea Platade 1949 a 1951
C. Joel Martínez Plata1952
C. Agustín Lovera Domínguez1953
C. Norberto Díaz Nieto1954
C. José Garduño Garcíade 1955 a 1957
C. Humberto Legorreta Siciliade 1958 a 1960
C. Octavio Alcántara Cedillode 1961 a 1963
C. José Sánchez Gonzálezde 1964 a 1966
C. Manuel Díaz Rodríguezde 1967 a 1969
C. Mario Erasto Benhumea Ocádizde 1970 a 1972
C. Armando Caballero Chimalde 1973 a 1975
Profr. Javier Sánchez Sánchezde 1976 a 1978
C. Francisco Rueda Mercadode 1979 a 1981
Lic. Gustavo Cárdenas Monroyde 1982 a 1984
Lic. Juan José Sánchez Martínezde 1985 a 1987
Profr. Lino Cárdenas Sandovalde 1988 a 1990
C. Venancio Monroy Dávilade 1991 a 1993
C. Joel Martinez Gonzalezdel 01-Ene-1994 al 31-Dic-1996PRI
C. Carlos Chimal Cardosodel 01-Ene-1997 al 17-Ago-2000PRI
C. Jose Jesus Cedillo Gonzalezdel 18-Ago-2000 al 17-Ago-2003PRI
Dr. Rene Colin Palmadel 18-Ago-2003 al 17-Ago-2006PAN
C. Mario Saturnino Gomez Marindel 18-Ago-2006 al 17-Ago-2009APM
C.P. Jose Jesus Cedillo Gonzalezdel 18-Ago-2009 al 31-Dic-2012C.C.
C. Jesus Monroy Monroydel 01-Ene-2013 al 31-Dic-2015CPEM
C. Ivan De Jesus Esquer Cruzdel 01-Ene-2016 al 31-Dic-2018COAL.
C. Ivan De La Cruz Esquer Cruzdel 01-Ene-2019 al 31-Dic-2021PRI
C. Jose Jesus Cedillo Gonzalezdel 01-Ene-2022 al 31-Dic-2024PRI

Créditos

  • AGN, Archivo General de la Nación: Ramo Indios, Tierras.
  • AHEM, Archivo Histórico del Estado de México: Ramo Municipios.
  • AHMI, Archivo Histórico Municipal de Ixtlahuaca: Ramo Estadística.
  • AHMJ, Archivo Histórico Municipal de Jocotitlán: Ramos Cabildo, Presidencia, Reclutamiento, Recursos naturales, Educación.
  • APJ, Archivo Parroquial de Jocotitlán.
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    Mtro. Alberto Ramírez González, Cronista Municipal de Jocotitlán. L.A.E. A lejandro Agalloo Celaya.